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Esto
sucede porque no meditamos antes de hablar, simplemente nos dejamos llevar por
la ira, la pereza mental o por el hábito de decir sin límites todo lo que cruza
por nuestra cabeza ya que se cree que esto es sinceridad pero realmente esto no
es comunicación asertiva y hace fuerte las relaciones.
Debemos de
tener cuidado porque las palabras siempre causan un efecto positivo o negativo
en los demás, son muy poderosas... Reflexionemos al respecto ya que esto es el
inicio de un cambio en nuestros pensamientos y por consiguiente en nuestra
manera de vivir.
Natalia
Solano Eduarte
Junio
2014