miércoles, 23 de julio de 2014

“El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice” Aristóteles




 
En muchas ocasiones hablamos por hablar y nuestras palabras no siembran ninguna semilla positiva ni riega ninguna buena planta, otras veces esta siembra contienda y tristeza en las demás personas.

Esto sucede porque no meditamos antes de hablar, simplemente nos dejamos llevar por la ira, la pereza mental o por el hábito de decir sin límites todo lo que cruza por nuestra cabeza ya que se cree que esto es sinceridad pero realmente esto no es comunicación asertiva y hace fuerte las relaciones.

Debemos de tener cuidado porque las palabras siempre causan un efecto positivo o negativo en los demás, son muy poderosas... Reflexionemos al respecto ya que esto es el inicio de un cambio en nuestros pensamientos y por consiguiente en nuestra manera de vivir.



Natalia Solano Eduarte
Junio 2014