Dedica toda tu atención al niño y no dejes de mantener el contacto. Durante toda la sesión háblale con las manos, los ojos y el corazón, permitiendo que nazca un dialogo sin palabras.
El pecho
Alisar las hojas de un libro:
Colocamos las dos manos sobre el pecho del bebé. Desde el centro hacia fuera deslice las manos. Estas deben trabajar juntas, pero en dirección opuesta
Cruzar el pecho:
- Mano derecha sobre el lado izquierdo de la cadera del bebé, y deslícela hacia arriba en dirección al hombro opuesto.
- Termine abrazando o envolviendo el hombro del bebé.
Hacer lo mismo pero en sentido contrario
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